BUBONIS

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lunes, 29 de octubre de 2012

LA TORRE EIFFEL- PARÍS - FRANCIA


 Gustavo, Gustave, o Gustav Eiffel (cada país tiene sus gustos) nació el 15 de diciembre de 1832 en Dijon, Francia.
Podríamos decir que Eiffel fue un adelantado a su tiempo, ya que este ingeniero químico (no pudo realizar la ingeniería que el quería al suspender el examen de acceso a la Escuela Politécnica Francesa) aplicó novedosas soluciones en la construcción de importantes obras públicas.

Gustavo Eiffel

 Tras graduarse en 1855, Gustavo Eiffel comenzó a trabajar para una empresa de equipos de ferrocarriles franceses, antes de fundar su propia empresa, Eiffel et Cie, una empresa que rápidamente alcanzó prestigio internacionalmente por su forma de trabajar el hierro y su aplicación en grandes obras públicas.
  Su primera gran obra fue en 1877 (antes había ya aportado notables soluciones innovadoras en diferentes puentes y pasos elevados que en la época eran de una construcción realmente compleja) fue un puente sobre el río Duero que unía (y une) las localidades de Porto y Gaia, en Portugal, un impresionante viaducto de 160 metros de longitud, aunque sin la menor duda su obra cumbre fue la Torre Eiffel de París.
  Gustavo Eiffel fallecería el 27 de septiembre de 1923, a la edad de 91 años, y sería enterrado en la localidad en la que residía, Levallois-Perret, localidad limítrofe con París.



La Torre Eiffel es sin duda una de las maravillas del mundo  moderno, y el símbolo más representativo de Paris, la ciudad más visitada del mundo y una de las más bellas del planeta. En efecto, resulta muy difícil, si no imposible, imaginarse Paris sin la Torre Eiffel, o la Torre Eiffel sin Paris para ser contemplado desde lo alto de la misma. 

En 1889 la Torre Eiffel contaba con una altura de 312 metros, si bien con las posteriores instalaciones de antenas de radio la altura de la Torre Eiffel se sitúa hoy en día en 324 metros, siendo este el punto más alto de cualquier construcción presente en París.

Todo comenzó con la organización de la  conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. Entre los muchos proyectos presentados, figuraba uno cuyos primeros estudios databan de 1884 y estaban avalados por el célebre ingeniero Gustav Eiffel, y el proyecto consistía en la construcción de una inmensa estructura metálica en forma de torre que sería vista desde una enorme distancia. El proyecto, lejos de enamorar a los parisinos, tuvo un enorme rechazo social, pese al cual finalmente la Torre de Eiffel sería levantada e inaugurada el 31 de agosto de 1889, tras tres años de obras y polémicas.

Pese a lo impresionante de la obra, lo cierto es que la Torre Eiffel no acababa de gustar, y los parisinos la veían como un inmenso armatoste de hierros, así que se fijó la fecha de 1900 como tope para ser desarmada, tras la conclusión de la Exposición Universal que debía albergar Paris en ese año.
Llegó el año 1900 y todo parecía indicar que la Torre Eiffel sería demolida pese a los intentos infructuosos de los que la admiraban por encontrarle un uso práctico para justificar su conservación frente a sus detractores, y finalmente, sería la armada francesa quien acabaría por salvar la vida de la Torre Eiffel, ya que tras unas pruebas del ejército con equipos de transmisiones se llegó a la conclusión de que la Torre Eiffel era un lugar privilegiado para la instalación de antenas y equipos de radio, con lo cual la Torre Eiffel ya tenía un uso práctico que provocaría su amnistía y pararía los proyectos de "ejecución".

Pese a los millones de turistas que la visitan cada año, la Torre Eiffel tiene secretos que han permanecido celosamente guardados durante años, si bien ahora todos estos secretos salen a la luz y es posible visitar salas hasta ahora reservadas para el personal de la Torre Eiffel, como son la impresionante sala de máquinas (desde donde hoy en día se siguen controlando los ascensores), el bunker construido durante la Segunda Guerra Mundial bajo los Campos de Marte o la "galería técnica" situada en el primer piso.  
Por motivos de seguridad, para visitar estas estancias "secretas" es obligado realizar esta visita con un guía autorizado, a diferencia de la visita normal a la Torre Eiffel, que se realiza con total libertad (dentro del piso al que nuestra entrada de derecho, claro). Pese a que esto haga que la visita sea más cara que subir a la Torre Eiffel, el hecho de que la visita sea guiada nos permitirá conocer anécdotas, detalles y curiosidades que de otra forma no tendríamos forma de conocer.









Información tomada de: http://torreeiffel.free.fr

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