BUBONIS

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viernes, 22 de abril de 2011

EL ESTRÉS DE JESÚS, ENSAYO MÉDICO - HISTÓRICO

De el Dr. Daniel López Rosetti, especialista en clínica médica y cardiólogo universitario y una notable experiencia en lo que se refiere al estrés en las personas.

... en atención a interpretar el proceso del estrés condicionado por un intenso sufrimiento, se deberán considerar los padecimientos previos a la crucifixión como causas condicionantes de agotamiento psicofísico.

El suplicio y la flagelación. El flagrum.

La crucifixión romana era precedida por un intenso suplicio procurado por los soldados romanos. Recordemos que los judíos no tenían permitido por entonces la aplicación de la pena de muerte, sólo en casos especiales y lo designaba Poncio Pilatos. La pena máxima comenzaba con el castigo de los azotes. Una ley muy antigua judía limitaba el número a 40 para evitar el daño extremo al condenado. Si embargo esta ley no era aplicable a los romanos que podían azotar sin límites al reo.

En resumen...

Jesús sufrió ya desde su detención un proceso de estrés, primero agudo, evidenciado por la activación del sistema simpático y liberación de adrenalina en sangre, y luego se agregaron elementos propios del estrés crónico, como la liberación de ACTH (adrenocorticotrofina) hipofisiaria y la elevación de glucocorticoides por parte de las glándulas suprarrenales. Hay que considerar que Jesús fue sometido en este período a un intenso sufrimiento debido al estrés "psicológico" propio de la detención y enjuiciamiento al que se agregó el "estrés físico" de los castigos y la crucifixión.
Jesús fue sometido a latigazos con el flgrum romano, los que provocaron la laceración en los tejidos con dolor intenso, hemorragia, y fenómenos inflamatorios. (Repercuciones cardiovasculares, destrucción de los tejidos más superficiales y profundos, daño en el tejido celular subcutáneo, capa de las células adiposas, aponeurosis, pérdida de sangre y líquidos)
A estos efectos hay que agregar el dolor de la corona de espinas que no es menor. Por el contrario, el cuero cabelludo se encuentra intensamente inervado e irrigado. Por lo tanto, su traumatismo continuo provocó un intenso dolor, ya que los nervios que trasmiten la sensibilidad de esa región del cuerpo son muy sensibles. Es el caso del nervio trigémino ( que trae información también de oídos, córnea y dentadura). Asimismo la fuerte irrigación sanguínea del cuero cabelludo hace que la pérdida de sangre ante cualquier traumatismo sea intensa.
Tanto el dolor como el propio traumatismo de los azotes y la espinas condicionaron intensos cambios físicos. Entre ellos: hemorragia, hipotensión arterial, taquicardia, taquipnea, hipercapnia, acidosis respiratoria y metabólica y en estadíos finales un cuadro clínico de shock. (cuadro clínico de claudicación o ineficiencia cardiocirculatora, las arterias se dilatan y así disminuye la presión arterial)
Clínicamente puede observarse en esta condición una piel pálida, fría y sudorosa. En estadíos avanzados se observará cianosis con coloración azulada de labios y lecho ungueal.
La crucifixión propiamente dicha fue llevada a cabo por los romanos en forma habitual. Se hacía que el condenado transportara por sus propios medios la porción horizontal de la cruz, el "patibulum", hasta el lugar de la crucifixión. Ahí se fijaban las manos sobre el patíbulum con clavos de 15 a 20 cm de longitud, que atravesaban los huesos de las muñecas (y no de la palma de las manos) a los efectos que estos pudieran sostener el peso del cuerpo. Luego el patíbulum con el cuerpo de Jesús fue subido a una pieza de madera vertical, la "stipe", y ajustada en su extremo por medio de un orificio en el patíbulum. Así quedaba constituída una cruz en forma de T. Luego eran clavados sus pies con un sólo clavo, que atravesaba ambos talones a la vez. Así sólo quedaba que Jesús muriera en la cruz por asfixia, ya que es esta la causa básica de muerte por crucifixión. La respiración es muy dificultosa en esta condición y el crucificado solo puede inspirar elevando el cuerpo hacia arriba apoyando sus pies clavados pr sus talones y traccionando hacia arriba por sus brazos clavados en el patíbulum por sus muñecas. No es fácil imaginar tan intenso dolor para cada movimiento respiratorio.
En estos últimos minutos Jesús presentó todas las condiciones clínicas que lo llevarían a la muerte.
Neurológicamente es posible cierto estado de estupor, adormecimiento o disminución del estado de conciencia propio de la condición clínica de shock.

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Jesús muere luego de 6 horas de crucifixión, un viernes a las 3 de la tarde. Muere antes que los dos ladrones, que fueron crucificados con Él. y esto muy probablemente sea debido al estrés intenso, tanto psicológico y emocional como físico, al que fue sometido antes de la crucifixión.

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